En medio de la escena del tatuaje, surge la polémica en torno a un tatuador acusado por múltiples clientes de enamorarse durante las sesiones de tatuaje. Según testimonios, el tatuador habría aprovechado su posición para iniciar relaciones románticas, lo que ha generado un debate sobre los límites éticos en la industria del arte corporal.
Mientras algunos defienden que las relaciones pueden surgir naturalmente, otros enfatizan la importancia de mantener límites claros y profesionales en este tipo de interacciones, destacando la necesidad de discutir y establecer estándares éticos en la comunidad de tatuadores.